Durante años la economía mundial (y en especial la latinoamericana) siempre ha presentado una especial resistencia al cambio cuando del campo de la tecnología se trata. Estamos presenciando una nueva era, en la que los robots y los computadores ya son los protagonistas de cada vez más actividades rutinarias, sustituyendo el trabajo físico, de manera mucho más eficiente que los seres humanos, lo cual, apoyado en la situación económica y de salud actual ocasionada por el COVID19, ha acelerado la automatización de los procesos de producción en todo el mundo.
Muchos puestos de trabajo están siendo reemplazado por máquinas que los realizan de manera más eficiente, y muchas plazas laborales están siendo transformadas para adaptarse al home office, aún así, en Latinoamérica muchas empresas siguen reclamando el estar “al borde del colapso” por no poder mandar a sus empleados a sus oficinas.
Aunque muchos vean esta nueva era como una amenaza, la automatización de gran parte de las actividades incrementará los niveles de productividad, reduciendo en gran medida los errores del factor humano y mejorando tanto la calidad como la velocidad de entrega de los productos finales, alcanzando niveles más allá de la capacidad humana.
Como ha quedado reflejado a lo largo de la historia con las diferentes revoluciones industriales, los avances tecnológicos han supuesto un mayor grado de productividad y repercutiendo en mejoras en el bienestar de una sociedad, lo que se ha traducido en un menor número de horas trabajadas anualmente. De hecho, Alemania, Holanda, Noruega y Dinamarca z-países de alta productividad- se encuentran entre los países de la OCDE emplean un menor número de horas trabajadas a lo largo del año.
Más que una sofisticación propia de los países altamente tecnológicos, la robótica está presente en nuestra vida cotidiana en un sinfín de procesos y actividades que realizamos de manera automatizada. Además de la operación y manipulación de sistemas multifuncionales, los robots tienen la capacidad de aprender, programar y generar información para la toma de decisiones.
Los cobots o robots colaborativos han revolucionado la industria alimentaria, principalmente porque han logrado un aumento de la productividad y una mejora de la eficacia de los procesos que ha abierto nuevas posibilidades en el sector. hablar de automatización agrícola o de automatización en la industria alimentaria es posible y, sobre todo, capaz de cubrir los estándares de productividad y calidad necesarias en estas actividades de primera necesidad.
Un robot colaborativo programado para la alimentación y actividad agrícola garantiza un rendimiento constante, una productividad óptima y una fácil adaptación a las tareas o velocidad de trabajo que sea necesaria.
La automatización agrícola ofrece una nueva forma de trabajar a los operarios, de manera que las tareas más repetitivas o pesadas -como puede ser el empaquetado o traslado de mercancía- son realizados por robots inteligentes que realizan las tareas de forma más segura, además de actuar en un entorno que facilita que la plantilla interactúe con las máquinas sin ningún tipo de riesgo.
Por una parte, la tecnología robótica actúa con mayor precisión, por lo que hace un uso más efectivo de todos los productos empleados en la industria alimentaria. Por otro lado, en tareas como de empaquetado, consigue una mejor gestión de todos los recursos necesarios para realizar los procesos, por lo que en conjunto se consigue un ahorro relevante en materiales, y con ello, un mejor uso de todo tipo de recursos y menor creación de desechos y materiales sobrantes.
El principal reto de la robotización de la construcción sigue siendo la integración de la robótica desde el entorno controlado de una fábrica hasta un entorno cambiante como es el de las actividades de construcción. El potencial del robot es su capacidad de llevar a cabo trabajos más allá de la mera operación manual, pero también más allá de la repetición industrial y de su control directo mediante datos digitales. Los robots son cada vez más autónomos y pueden ejecutar más funciones y tareas, por lo que se reduce el tiempo de espera para que se puedan utilizar en la construcción.
La rapidez y la precisión de un robot pueden aumentar notablemente la productividad en una obra. El reto es, sin duda, la capacidad de programarlo para realizar las tareas adecuadas de forma eficiente. Además del beneficio en el ámbito de la productividad también se reducirá la siniestralidad de los trabajadores, al realizar los robots parte de los trabajos que entrañen más riesgos laborales.
La robótica puede transformar completamente la construcción tal como la entendemos hoy en día. El impacto de la tecnología en la construcción puede influir no solo en los procesos de trabajo, sino también en la arquitectura, la ingeniería y la creatividad en el diseño de nuevos entornos. En la actualidad, la robótica genera cientos de aplicaciones en la industria de la construcción, entre las más destacadas se encuentran:
Por la propia naturaleza de esta primera fase de la construcción, existen un mayor número de imprevistos. La mayor parte de ellos están relacionados con la seguridad de las personas. En este sentido, los robots son clave para facilitar estas actuaciones ya que pueden aumentar la seguridad de varias formas, por ejemplo, automatizando tareas de limpieza de desechos y de movimiento de tierras o gestionando materiales de alto riesgo.
El recubrimiento del suelo con pavimento puede realizarse con diversos materiales y en distintos espacios. En este caso, es necesario que los recursos se adapten a las condiciones de la obra, consiguiendo un ahorro en costes y una mayor efectividad en resultados. Entre los usos más comunes de la robótica en esta fase, destacan la identificación de datos a través de radares, lectura de áreas y modelado 3D. Además, existen robots diseñados específicamente para la pavimentaciónde caminos con los cuales se automatizan sus principales procesos.
Por último, la robótica ha generado sus propias soluciones. Por ejemplo, los drones o los robots de demolición. En el caso de los primeros, tienen la capacidad de gestionar proyectos y cientos de empresas lo utilizan en sus obras para diversas acciones que van desde el modelado 3D hasta la detección de espacios. En el caso de los robots, éstos permiten un ahorro en tiempo y coste en las obras al ser capaces de desmantelar estructuras en tiempo récord.
Cada vez son más las entidades que apuestan por la robótica para el crecimiento del sector. De acuerdo con el informe “Robot Assistants and Structure, Finishing, and Infrastructure Robots: Global Market Analysis and Forecasts” de Tractica se prevé que para 2025 habrá 7.000 modelos de robots orientados a la industria de la construcción. Asimismo, se identifican prometedoras investigaciones, entre ellas la Asociación de Builtworlds con FMI Corporation para encontrar nuevas perspectivas de aplicación de la robótica y potenciales modelos de negocio en el sector.