El pasado 28 de agosto el mundo se sorprendía con la presentación que Elon Musk hacía de la nueva versión de su dispositivo Neuralink, el cual promete ser el mayor avance en su ambiciosa búsqueda por otorgar a los humanos “super poderes” reales.
¿Te imaginas poder guardar tus recuerdos en una computadora, directamente en tu cerebro, y volverlos a ver cuando quieras? ¿O incluso “descargarlos” en otro cuerpo? Es este futuro el que se imagina Musk, el más reciente y famoso de los transhumanistas.
¿Transhumanismo? ¿Qué es eso?
El transhumanismo es un movimiento cultural, intelectual, y ahora científico, que tiene como objetivo final el transformar la condición humana mediante el desarrollo y la fabricación de tecnologías ampliamente disponibles, que mejoren las capacidades humanas, tanto a nivel físico como psicológico o intelectual.
Influenciada por trabajos y obras primarias de ciencia ficción, la visión transhumanista de una futura humanidad diferente ha atraído a muchos partidarios y detractores de una amplia gama de perspectivas. El transhumanismo ha sido descrito por algunos como “la idea más peligrosa del mundo”, mientras que por otros es considerada como un “movimiento que personifica las más audaces, valientes, imaginativas e idealistas aspiraciones de la humanidad”. Otros incluso consideran que la humanidad ya sería transhumana, porque los progresos médicos en los últimos siglos han alterado de manera significativa nuestra especie. Sin embargo, no lo sería de una forma consciente y, por tanto, transhumanista.
El manifiesto transhumanista
Declarada en 1987 por Fereidoun M. Esfandiary, como una visión optimista del futuro y una referencia a la idea política de que ni la izquierda ni la derecha realizarían los cambios necesarios en un futuro positivo. Luego, mejorada en 1990 en forma de un código más formal y concreto para los transhumanistas, para finalmente, en 1999, ser escrita por la Asociación Mundial Transhumanista, y adoptada como la Declaración Transhumanista:
Cuando los grinders encontraron a los bioingenieros
El movimiento Grinder puede verse como el lugar donde el transhumanismo se cruza con el “auto-biohacking” que quiere trasladar la filosofía hacekr a la investigación y la experimentación biosanitaria. A fuerza de pericia, creatividad y trabajo colectivo, el biopunk (como también se conoce a los grinders) ha desarrollado desde kits de modificación genética “de andar por casa”, hasta formas de cultivar hormonas fácilmente.
Es en este punto donde los grinders coinciden con la bioingeniería (o tecnobiología, como algunos la llaman, para diferenciarlas de otras ramas de la biotecnología). Enfoques originalmente distintos, que se han ido empujando hacia la misma dirección.
Máquinas que nos permiten sentir, prótesis que nos permiten interactuar con el ambiente en novedosas formas, hasta exoesqueletos que nos permiten volver a caminar. Desde hace tiempo las noticias nos vienen insinuando que la cosa va en serio, sin detenerse ni frenarse.
¿Qué es lo que ya existe?
En realidad, existen ya muchos avances en este campo, se pudiera decir que casi demasiadas. Y es lo más interesante del mercado. Manteniéndose al margen de dispositivos que no son estrictamente médicos y que, por este motivo, pueden ser implantados por técnicos especialistas en tatuaje, micropigmentación o piercing, hay muchísima innovación tecnológica y empresarial.
Desde los conocidos implantes LEDs bajo la piel, implantes neuronales, tintas de tatuaje electrónicas que te permiten cambiar el dibujo de tu tatuaje desde tu celular, conexión RFID al “internet de las cosas” son algunos de los ejemplos de como nos estamos acercando cada vez más a la transhumanidad.
Suecia: el paraíso de los implantes digitales
No es extraño que este país escandinavo sea el más avanzado en materia de los implantes digitales. Allí, los pagos en efectivo ya son una rareza. Todo el mundo paga en todas partes con tarjeta, móvil u otros sistemas electrónicos. Existen, de hecho, tiendas, museos y organismos públicos que ya ni siquiera aceptan el efectivo.
En este contexto, cerca de las 10.000 personas que ya se han insertado un chip a nivel mundial, alrededor del 40 por ciento están en Suecia. “es una sociedad postindustrial, muy digitalizada y madura tecnológicamente hablando. Además, los suecos confían en el sistema. Ven en la tecnología un modo de mejorar sus vidas, no una manera de que alguien los controle.
¿El comienzo de la transformación ciborg?
En tan solo unos segundos, y con tan solo una simple jeringa, miles de suecos se han insertado el chip subcutáneo, principalmente en manos o antebrazos, para almacenar datos personales en un dispositivo que sólo emite datos cuando acercas la parte del cuerpo a sobre un lector NFC; se ha convertido en la llave para probar nuevas formas de vida más fáciles. Les permite desde identificarse, desbloquear celulares, abrir puertas, ingresar a las oficinas, a los gimnasios, reemplazar las tarjetas de débito/crédito, comprar en máquinas expendedoras, hasta reemplazar los tiquetes del transporte público.
Uno de los usos prometedores pero polémicos aun de esta tecnología, es la relacionada con la geolocalización de seres humanos: especialmente en los pacientes que sufren de Alzheimer que se extravían y en la desaparición de los niños.
Un futuro cada vez más cerca: el Neuralink de Elon Musk
La firma del multimillonario sudafricano busca implantar este tipo de dispositivo en el órgano más complejo del ser humano, para ayudar a curar enfermedades como el alzhéimer o permitir que personas con enfermedades neurológicas controlen teléfonos u ordenadores con la mente.
No obstante, la mayor ambición de la compañía, cofundada por Musk en 2016 y con sede en San Francisco, se centra en abrir la puerta a lo que Musk denomina "cognición súper humana".
Las personas necesitan fundirse con la inteligencia artificial (IA), sostiene el empresario, en parte para evitar un escenario en el que la IA se convierta en algo tan poderoso que destruya a la raza humana.
Elon Musk es la figura más carismática del mundo de la tecnología y cuenta con algunos logros asombrosos a su nombre, desde que los autos eléctricos resulten atractivos hasta los cohetes que pueden regresar a la tierra y ser reutilizados.
Pero quien se atreva a sugerir que todo lo que hace Musk no es innovador ni visionario puede esperar una fuerte reacción del gran hombre y su ejército de apasionados seguidores.
La demostración del viernes 28 por la noche incluyó la participación de una cerda llamada Gertrude, equipada con lo que el magnate de la tecnología describió como un "Fitbit en tu cráneo".
Un dispositivo pequeño registró la actividad neuronal del animal y envió la información de forma inalámbrica a una pantalla.
Cada vez que le tocaban el hocico se producían una serie de pitidos, lo que indicaba actividad en la parte de su cerebro que buscaba comida. "Creo que esto es increíblemente profundo", comentó Musk.
Ahora es cada vez más claro que el camino que estamos siguiendo como especie, dependerá del enfoque que le demos a nuestros avances, para definir de una vez por todas si nos dirigiremos a una utopía o a una distopía. El futuro es ahora, y es momento de conocerlo para alcanzarlo.
Nelson Ochoa es CEO
en LNC Producciones